Por: Juandemaro
Querales
Nunca el otorgamiento
de un Nobel de la Paz, había suscitado tanta polémica. La derrota del
Presidente de Colombia: Juan Manuel Santos, en el Plebiscito del 4 de Octubre.
Para refrendar los acuerdos de Paz con las FARC-EP; en vez de obligarlo a
renunciar o a rectificar: ahora cobró nuevos bríos, con el veredicto de la
Academia del Nobel. Quién desde Oslo- Noruega a escogido al inquilino de la
Casa de Nariño, como el laureado de este año.
Automáticamente se
alzaron voces a favor y otras en contra, de la decisión de conceder el lauro
que lleva el nombre del inventor de la dinamita. Nunca en la historia del
galardón, se había seleccionado a individuos que en el pasado reciente, se han
enfrentado en una guerra. Con perdidas lamentable de vida de civiles inocentes,
perdidas materiales incalculables; y el estancamiento en todos los ordenes en la nación suramericana. El conflicto colombiano
el cual va para los 53 años, siendo el mas antiguo del continente. Tragedia que
ha contabilizado 265 000 victimas y ocho millones de desplazados.
Juan Manuel Santos y
las FARC-EP, protagonizan unas conversaciones que ya van para cuatro años, en La
Habana-Cuba. Con Cuba y Noruega como garantes, Chile y Venezuela como países
acompañantes. Producto de esas
discusiones son los Cinco Acuerdos que buscan avenirse entre las parte.
Juzgar a los culpables de haber cometido atrocidades; indemnizar a las víctimas.
Todo esto en un documento de 260 páginas que recogen en letra pequeñita,
asuntos espinosos como: el cese del fuego de forma bilateral; entrega de armas;
libertad para 11 mil niñas en poder de la guerrilla; revelación de los dineros
con que cuenta la guerrilla y su distribución a las victimas de la guerra. Solo
faltaba el SI del 13 por ciento del
padrón electoral colombiano.
Nadie vio perdedor a
la opción del SI. Ninguna encuesta pudo revelar la voluntad del pueblo, que
habita en las principales ciudades; ni la inclinación de los aborígenes, ni los
afro descendientes, ni los cristianos pentecostales. Quienes se expresaron ese
4 de Octubre por el NO, cambiaron el curso de la historia Neogranadina para los
próximos treinta años.
El Nobel de la Paz a Juan
Manuel Santos se convierte en la piedra en el zapato, del perdedor de la
jornada publicitada como el triunfo definitivo de la Paz. Los antiguos
laureados: Madre Teresa de Calcuta, la niña paquistaní “Malala” ; la aborigen
Maya-Quiché, quien nadie sabe cual fue su proeza?; y el Costarricense Oscar
Arias. Han levantado tanto escándalo hasta el frenesí, como Ingrid Betancourt,
quien pone en evidencia su Síndrome de Estocolmo, termina opinando: que debería
compartirlo con los guerrilleros discípulos del “Tiro Fijo”.
Como la invasión de
los medios de comunicación están descarado, en un futuro no muy lejano, estos
seguidores rencocncomiados de Álvaro Uribe, terminaran siendo aceptados. Del
ministro de la defensa Santos, nadie le recordará que fue artífice de los Falso Positivos, ni
del violador de la soberanía del Ecuador, para asesinar con misiles
inteligentes a Raúl Reyes y unas estudiantes mexicanas; tampoco le enrostrarán
la adquisición de los misiles inteligentes a Estados Unidos; cohetes con los
que asesinaron al Secretariado de las Farc-EP, El mono Jojoy y Alfonso Cano.
Hechos y personajes serán parte del folklore, gracias a Mac Luhan y a Goebbel,
los futuros : Francisco de Asis y la Madre Teresa de Calcuta.
Octubre de 2016-10-15
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