Por: Juandemaro Querales
¿Por que un régimen
asediado por todos los flancos, resiste. Mientras lo que queda de la formalidad
del Estado tradicional se desintegra?
Para ganar tiempo y
así exigir a la comunidad internacional, ciertas garantías como asilo y sacar
parte de la fortuna que poseen de manera ilícita. O simplemente que suba el
precio del barril de petróleo. Todo esto puede ser verdad. Cualquier conjetura
no satisface nuestra curiosidad.
El fin del modelo
del Socialismo del siglo XXI, es indudable, son veinte años de experimento
totalitario en la región suramericana, apoyado por la riqueza petrolera de los
sauditas de la América andina. Venezuela. La desolada nación caribeña es el último
mohicano de un sistema errático y despilfarrador de la riqueza de PDVSA. Debido
a la terquedad de Raúl Castro del pusilánime Maduro y su pandilla de forajidos.
Hacen lo imposible para no entregar el poder, ya que son fuertes candidatos a
ser juzgados por la justicia ordinaria norteamericana por lavado y tráfico de
drogas, además en el alto gobierno hay preocupación por la posibilidad de ser
procesados en el Tribunal Penal Internacional.
Cualquier analogía,
puede guardar relación con el
desaparecido mundo socialista, al final de la guerra fría en la Europa del
Este. Rumania, Albania, Polonia, pero más en 1991 con la disolución de la URSS,
llevado a cabo por Mijail Gorbachov y su Perestroika.
La tiranía chavista
no se irá de un momento a otro. Maduro no es ningún Pérez Jiménez, tampoco Rafael
Leónidas “chapita” en la República Dominicana, o Fulgencio Batista en Cuba.
Estamos hablando más bien de un Sistema político, estructurado a partir de un
modelo híbrido, calcado de satrapías autoritarias, que van desde el Chile de
Pinochet, el Perú de Fujimori, el eurocomunismo de Santiago Carrillo y Enrico
Berlinguer, todo aderezado con las pamplinas y la sagacidad de un longevo
dictador llamado Fidel Castro.
Esperamos que los
venezolanos completen la transición con un nuevo Pacto Social, a la manera del
Rousseau de la ilustración, alejado del modelo cruento de la Revolución
Francesa. Todos esperamos que la comunidad internacional nos acompañen para así
evitar un derramamiento de sangre y que se alborote el vecindario
latinoamericano.
Mayo de 2017