Por: Juandemaro Querales
Los Escritores
venezolanos en ocasión del XXVIII Aniversario del Ateneo de Carora “Guillermo Morón”;
nos hemos dado cita en esta vieja ciudad, heredera de una gran tradición
cultural, para hablar de los cultores de la palabra y sus representantes más
destacados, y el curso que ha experimentado la República de las letras en estos
años de Autoritarismo militarista.
Suena como un
contrasentido que intelectuales y Escritores se dedican a debatir sobre
libertades y el destino de la Democracia, después de veinte años de despotismo
nepotista.
El país se nos está
vaciando. Los jóvenes se van en masa, hacia los países vecinos. Son hordas de
paisanos con títulos universitarios, técnicos o simples trabajadores que huyen
ante el temor de morir de mengua en los hospitales o de hambre.
Los venezolanos
nunca habían salido de sus fronteras como exiliados económicos, solamente a
comienzos del siglo XIX como libertadores. Será el Libertador Simón Bolívar
quien sacrificó la mitad de la población para inventar el concepto de América. Los huesos de la soldadesca regaron toda el
espinazo de la Cordillera Andina hasta el corazón de la Argentina.
Que pasò en estas
tres décadas del siglo XXI, en que se perdió la brújula?. La sociedad política cayó
en manos de unos iluminados y acabaron, con la nación mas opulenta de Latinoamérica.
Eso fue lo que pasó. No fue cualquier caso. No fue una futilidad. El país
retrocedió en todos los ordenes del quehacer humano.
Una Sociedad que le
destruyó su base material. Donde la principal Empresa del Continente: PDVSA,
quebró. La cual deja de producir la cuota asignada por la OPEP de 2300 millones
de barriles diarios. Viviendo ahora del fiado. Endeudados con dos dólares
mensuales de ingreso, como en Zimbabue y Haiti.
Qué hacer en esta coyuntura?.
Hacernos el harakiri o nos unimos a la Diáspora?. Tamaña responsabilidad se nos
plantea como alternativa, para si salir de la Satrapía, que juega a la
desmovilización y al desaliento, para seguir saqueando el país. Aquí lo que
queda es unirnos y no caer en los cantos de sirena de tanto traidor agazapado
que usufructo los favores y el dinero de la tiranía y sus adláteres.
No hay que dejarle
el terreno libre al Déspota y sus socios militares. Nuestro Arte tiene que
estar al servicio de la Libertad y el restablecimiento de la Democracia.
Luchar
denodadamente hasta conseguir que se
convoquen Elecciones Libres; para así lograr la transición de la Dictadura a la
Democracia, con supervisión de la Comunidad Internacional y árbitros
confiables.
Desenmascarar con
nuestro Arte a los Intelectuales y Escritores tarifados. Plegados a la Corrupción
y la represión.
No dejarles el
campo libre a la Tiranía. Es estar activo. Acompañando a los sectores populares
en sus justas reivindicaciones y luchas. Como los actuales conflictos del
sector salud y las Universidades, por Sueldos y Salarios dignos igual o mas
alto que los militares. La Palabra y sus Gramáticas también sirven como
herramienta, para impugnar el modelo totalitario, o para destruirlo. Este
modelo personalista y ruin que se roba los recursos del Estado para ejercer el
ventajismo a favor del PSUV. Tiene que desaparecer para devolverle al país la
paz y el crecimiento económico, que necesita urgentemente.
Saludamos desde
esta Tribuna a los representantes del Arte y la Literatura, que hacen posible
la materialización del Imaginario, en una encrucijada en que se reclama Unión.
Una toma de posición frente a las amenazas de prolongar indefinidamente la
Tiranía y la Satrapía.
Julio de 2018
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